ShabatVaiakhel - Tajashim: sobre lo extraordinario y lo efímero.

  La riqueza de la tradición judía, sus fuentes y comentaristas, nos invitan una vez más a profundizar en el vasto océano de las múltiples interpretaciones que ofrece. La inmensidad puede ser intimidante, pero apenas nos aventuramos por la orilla del aprendizaje, el camino puede sorprendernos con perlas relucientes, como las que encontramos en la porción de la Torá que nos convoca esta semana: El Pueblo de Israel se reúne, comprometidos en la construcción del Mishkán. En una muestra de la asombrosa generosidad que los movilizaba, trajeron oro, plata y cobre, hermosas lanas y telas, maderas de gran valor, piedras preciosas… Entre los materiales donados se encontraban pieles de cierto animal llamado en hebreo "tajash" . Hoy, algunas traducciones al castellano del versículo Éxodo 35:7 hablan de "cueros teñidos de azul". La Sociedad de Publicaciones Judías (JPS) arriesga una conjetura y traduce estas pieles "como las de un delfín&quo

Aurora

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48 AÑOS DESPUÉS: Veterano de guerra de Yom Kippur recibe las cartas que su esposa le había enviado durante el combate.

Entre los miles de soldados reservistas israelíes que acudieron al frente el 6 de octubre de 1973, en la guerra que enfrentó a Israel con Egipto y Siria, estaba Buki Snir.

En esos días su esposa Eti quedó en su casa en la ciudad de Tel Aviv y estaba viviendo su primer embarazo.

En los días que duró la guerra de Iom Kippur, o del 73 como se la conoce en el mundo árabe, Eti envió 56 cartas a su marido, pero ni siquiera una de ellas llegó a su destino. «Todos los días iba al oficial de la ciudad y pedía noticias sobre mi esposo, mientras escuchaba por boca de mis amigos que muchos soldados estaban muriendo mientras corrían los días», repasó Eti a las cámaras del noticiero de la televisión estatal israelí (KAN).

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Intercambio de prisioneros Guerra de Yom Kippur, noviembre 1973. Archivo: Ministerio de Defensa de Israel.

«Sabía que me extrañaban, pero pensé que había un problema con el correo y no sabía porqué no recibía cartas», recordó Boki.

«Aparentemente se puede vivir sin cartas, pero es solo eso, un parecer. Frustra mucho que durante tres meses no recibís nada y el resto sí», añadió.

Una de las cartas dadas a conocer hoy, y que fue releída por Eti, dice: «Estaba en la cola y esperaba que me digan que sería la primera porque llegué con la panza grande. Una mujer me dijo que había fila y que ella estaba antes. Otra dijo: «No sé para qué hay que traer hijos hoy al mundo». Asombrada, quise responderles, pero el tema de la conversación me horrorizó, apenas paré las lágrimas. Estuve triste anoche porque pensaba que ibas a llegar, dentro de poco serán tres semanas que no estás en casa».

A principios de esta semana, una llamada telefónica sorprendió a la familia Snir. Era Eitan Tuvia, residente del Kibbutz Najal Oz, cuyo tío falleció el pasado mes. Mientras hacía orden en las pertenencias de su familiar encontró cartas en un armario, y decidió hacerlas llegar a su destinatario. «Empezamos a hablar y Buki me contó que estuvo en Ismalayia», relató Tuvia.

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Guerra del 73.

«Mi tío que falleció el mes pasado era parte de la compañía del ejército, puede ser que por problemas de correo las cartas no siempre llegarán a destino y él haya recogido algunas», dijo.

Eitan contó que ni bien encontró las cartas, tuvo claro que iba a hacer todo lo necesario para encontrar a sus destinatarios. Y así es que 48 años después las mismas llegaron. «Es una parte de su vida que faltaba», dijo

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