ShabatVaiakhel - Tajashim: sobre lo extraordinario y lo efímero.

  La riqueza de la tradición judía, sus fuentes y comentaristas, nos invitan una vez más a profundizar en el vasto océano de las múltiples interpretaciones que ofrece. La inmensidad puede ser intimidante, pero apenas nos aventuramos por la orilla del aprendizaje, el camino puede sorprendernos con perlas relucientes, como las que encontramos en la porción de la Torá que nos convoca esta semana: El Pueblo de Israel se reúne, comprometidos en la construcción del Mishkán. En una muestra de la asombrosa generosidad que los movilizaba, trajeron oro, plata y cobre, hermosas lanas y telas, maderas de gran valor, piedras preciosas… Entre los materiales donados se encontraban pieles de cierto animal llamado en hebreo "tajash" . Hoy, algunas traducciones al castellano del versículo Éxodo 35:7 hablan de "cueros teñidos de azul". La Sociedad de Publicaciones Judías (JPS) arriesga una conjetura y traduce estas pieles "como las de un delfín&quo

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Colonización judía en la Argentina

Huellas de la colonización judía

Concordia
 
Concordia es la ciudad más grande de las que se reclinan sobre el Río Uruguay: Tiene 150.000 habitantes y es la segunda ciudad entrerriana en importancia, después de Paraná, la capital. 
Quizás toda su historia pueda sintetizarse en el impactante monumento de formas geométricas y mármol oscuro, erigido sobre el Boulevard San Lorenzo (entre San Luis y 24 de Mayo) en homenaje a los hombres y mujeres que hicieron crecer esa localidad conformada por italianos, españoles, húngaros, franceses, árabes, suizos, vascos, griegos, polacos, alemanes, uruguayos, yugoslavos y japoneses. 
El 7 de Diciembre de 1999, día de la inauguración del monumento, representantes de 14 colectividades guardaron en un cofre un texto con la historia de cada una de ellas. 
Ese tesoro quedará bajo llave durante 100 años. 
Recién entonces esas páginas se volverán a leer: "Levantemos nuestras copas para que cuando dentro de 100 años este cofre se abra, quienes lean estos trabajos sonrían diciendo que la profecía bíblica "El león pastará con el cordero y las espadas se convertirán en arados" se cumplió en nuestros días." 
El paseo de las colectividades (Hipólito Yrigoyen al 400) es otro de los rincones que recuerdan a pioneros de todos los orígenes. Es pequeño pero tiene colores muy vivos y un trabajo artesanal en cerámica que vale la pena apreciar. Cada colectividad esta representada por un símbolo. 
Una menorá, representa a la comunidad judía. En 1915 los judíos radicados en la ciudad, que habían llegado cuando despuntaba el siglo, comenzaron a organizarse. 
La actual Asociación Unión Israelita de Concordia, ubicada en Entre Ríos 478, nació ese año en un galpón de la calle San Luis 372, propiedad de León Fuks, donde también funcionó el primer templo de la colectividad. El señor Fuks donó, además, el armario que se convirtió luego en el arón hakodesh y una mesita que se utilizaba para la lectura de la Torá. Otro miembro de la comunidad, el señor Ferrer, había aportado dos bancos y Kostianovsky una silla y una cortina.
 "Lo primero que hicieron los inmigrantes fue, como en todos lados, construir la sinagoga. 
Y para ellos siempre fue más importante adornar el templo que sus propias casas", cuenta Natalio Embon, dueño de la farmacia "25 de Mayo". 
Ese mismo año se inauguró también el cementerio de la asociación (calle Villaguay, entre Las Heras y Pirovano), que linda con el Británico y el Municipal. 
Un censo de 1943 registró que  Concordia contaba con una población Sefaradi de 170 familias (muchas tiendas de la zona comercial estaban en manos de ellas), mientras que la ashkenazi era de 884. Las primeras habían llegado de manera individual, en su mayoría desde Turquía. 
"Mis padres querían ir a Palestina, pero tenían problemas con los papeles y escucharon que en la Argentina tenían posibilidades", recuerda José Niño. Los ashkenazies, en cambio, se fueron radicando en la ciudad a medida que abandonaban las colonias de la Jewish Colonization Association (JCA) en busca de estudios y de ocupaciones urbanas, como las que tenían en Europa. Esta comunidad, que creció y se afianzó en los años 50 y 60, aún está en plena actividad. Desde la década del 30 cuenta con una escuela hebrea, "Eliezer Ben Iehuda" (9 de Julio 132), y una importante actividad recreativa nucleada alrededor del centro juvenil "J. N. Bialik", que funciona en el mismo lugar. Para el esparcimiento y el contacto con la naturaleza, los judíos de Concordia cuentan con un camping de 8 hectáreas ubicadas en la zona de Camba Paso. 
Cada aniversario del atentado a la sede de la AMIA en Buenos Aires, los vecinos y representantes de las distintas entidades de Concordia, incluido el intendente, se reúnen en la Plaza 25 de Mayo (entre las calles Primero de Mayo, Urquiza y Pellegrini) en donde plantaron un árbol en memoria de las víctimas. Silvia Inés Portnoy, una joven de 25 años asesinada por la bomba cuando fue a anotarse en la bolsa de trabajo, era de Concordia. Su padre la enterró en el cementerio de esta ciudad, que no se olvida de ejercer la memoria. Una de las sinagogas es la de la Asociación Unión Israelita de Concordia. 
Por fuera parece una escuela urbana. Es una construcción de mediados de siglo, con el frente liso sobre la vereda, en pleno centro de la ciudad. Pero tras pasar el recibidor, se accede al amplio salón donde funciona la sinagoga ashkenazi. 
Allí se encuentra el arón hakodesh que resguarda 6 torot, dos de ellas originales de Concordia y 3 que pertenecieron a las colonias judías de los alrededores: Pedernal e Ingeniero Sajaroff. La sexta, que tiene una cubierta de color azul, la donó  un organismo internacional en memoria del joven rabino Alex Kaprov, que aquí celebraba el oficio y murió en el 2000 en un accidente de tránsito. 
Actualmente, los rabinos a cargo de las ceremonias pertenecen a la agrupación Jabad Lubavich y viajan cada viernes desde Buenos Aires. 
Se quedan hasta el Sábado a la noche o el Domingo a la mañana. 
El otro templo es el de la Asociación "Agudat Israel". El edificio tiene la fachada de una casa elegante. No ostenta lujos ni jardines, pero posee una puerta de madera importante y el frente bien pintado. Fue creada en 1929. Contra la pared lateral izquierda, desde la entrada, está ubicado el arón hakodesh, que llega casi hasta el techo. Adentro hay 3 torot, que en esta comunidad, fiel al culto religioso, se sacan sólo para rezar. Como la Asociación no tiene dinero para contratar a oficiantes de Buenos Aires, las ceremonias son dirigidas por personas que saben hebreo y se ofrecen a hacerlo "ad honorem". Uno de ellos es José Niño, hijo de Samuel, un inmigrante de Turquía, que también conducía oficios religiosos y pronunciaba las oraciones pertinentes en los velorios y entierros. De él José heredó también la tienda de telas conocida como "Casa Niño", que aún funciona en el centro de Concordia.

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